También hay razones personales: se terminan las vacaciones (laborales o escolares), hay quienes tienen hijos pequeños y se deben enfrentar al estrés del comienzo de curso – unido a más gastos, en lo que podría llamarse la “cuesta de septiembre” y trabajo interminable fuera y dentro de casa -, y también hay casos en que una pareja que se ha conocido en verano tiene que separarse (aquellos amores estivales que todos recordamos de nuestra adolescencia, ¡oh, ojalá volviera a pesar del dolor!).
En suma, no son pocos los motivos por los que podemos sentirnos tristes y apagados en otoño.
¿Qué podríamos hacer para combatir estos síntomas depresivos?
● Intentar pensar positivamente. Sí, sé que es fácil decirlo… pero el otoño tiene bonitas posibilidades: hay un poco más de silencio en la calle (aunque en España hay demasiado ruido siempre, ¿cómo puede concentrarse la gente en hacer nada? – moriré con esta incógnita -); podemos aprovechar para encontrarnos con nosotros mismos, meditar, leer, cocinar, pintar, tricotar – ahora los hombres también pueden hacerlo, ¡celebremos la liberación masculina! -, ir al cine (o mejor, alquilarse una película y verla en casa, ahorrar, y además no aguantar al de al lado), además, ¡podemos divertirnos haciendo palomitas! – si no te gustan, puedes prepararte algún aperitivo que no sea muy calórico -. También (a quien le guste) puede pensar en la cercanía de la Navidad, y antes, de Halloween (cuando no puedes ganar a tu enemigo, únete a él ).
En Psicología decimos que hay que planificar las actividades gratificantes, que debemos hacer una lista e irla cumpliendo rigurosamente, o anotarlas en nuestra agenda en papel o digital. Autoobligarnos a realizar estas actividades placenteras será la medicina preventiva para no caer en depresión.
● El otoño es como una renovación, puede ser un magnífico momento para modificar en tu vida aquello que desde hace tiempo deseas cambiar.
● Sé que esto cuesta más: hacer un poco de deporte. El cubrirnos de ropa en otoño nos hace perder de vista los kilitos que se van acumulando en el abdomen. Hay que hacerlos presentes :) poniéndose la ropa ajustada para entrenar y así nos daremos cuenta de si nos estamos pasando con el chocolate (otro antidepresivo natural, pero que, por desgracia, engorda demasiado – no hay nada perfecto bajo el sol, amigos -), además de que generaremos endorfinas y serotonina. Es el antidepresivo natural.
● Consumir alimentos ricos en vitamina D que beneficia nuestro ánimo y nuestros huesos (pescados como el atún, el salmón o la trucha, yema de huevo y queso – a quien le guste -), en vitamina B6, importante para nuestro sistema nervioso (pescado, plátanos, grano integral, semillas) y en vitamina C, para nuestro sistema inmunitario (naranjas, kiwis, pimientos rojos y verdes, brócoli y tomates).
● Y ante todo: comprender que en la vida todo son ciclos: Ya lo dice la Biblia: “Hay un tiempo para plantar y otro para cosechar” (Eclesiastés 3:1-15) – la gente, con el laicismo agnóstico curricular impuesto nos perdemos mucha autoayuda presente en este libro, seamos o no creyentes). Y también lo dijo Bécquer: “Volverán las oscuras golondrinas de tu balcón sus nidos a colgar”, y también volverán las cigüeñas a la torre de mi iglesia en febrero. Trabaja por tus sueños, porque todo vuelve, en un eterno retorno que se podría decir que es la historia del mundo desde un punto de vista cósmico y místico.
Ganarle a la tristeza es aceptarla, echarle la mantita por las piernas y ver junto a ella una comedia antigua en blanco y negro (Alazne).
Alazne Martínez
Psicóloga Sanitaria y Máster en Terapias de 3ª Generación
PD: Si necesitas ayuda psicológica, recuerda que me tienes 24/7, llámame al +34 622 45 45 34. Atiendo presencialmente o por videoconferencia.